✏ Bernat Ferrer
La entidad impulsa «LEER+», una versión propia y ampliada de un programa que considera «una joya para el alumnado».
La Fundación José Manuel Lara implementó el programa «Lecxit» por primera vez en Andalucía, Ceuta y Melilla durante el curso 2022/23 gracias a los fondos Next Generation. Cuando estos finalizaron, decidieron continuar porque se demostró que era una herramienta útil para la intervención sobre el alumnado, y se reformuló según las características de Andalucía. «Ampliamos la metodología para conseguir un proyecto de acompañamiento lector que nos permitiera una intervención más larga y de la que se pudieran beneficiar más escolares.» Garantizar la ratio un voluntario-un alumno para 4.º, 5.º y 6.º era difícil y de ahí que pensaran en una adaptación que, sin perder calidad, les permitiera llegar a más niños.
«Por este motivo, en 4.º de Primaria sí que priorizamos el 1×1, mientras que en 5.º ampliamos la ratio e introducimos la lectura entre iguales, y en 6.º creamos pequeños grupos de lectura, más parecidos a los clubes de lectura», explica Pablo Morillo Pérez, director general de la entidad.

Desde el punto de vista de la entidad, una persona voluntaria por cada dos o tres alumnos, que es la opción que desarrollan en 5º, continúa siendo una joya para los chicos y chicas, a la vez que «detectamos que enriquece compartir la lectura con otro igual». De esta manera, con las mismas personas voluntarias se puede duplicar o triplicar el alcance de la propuesta, bautizada como «LEER+». El objetivo de la fundación es llegar a unos 800 alumnos de entre 65 y 75 centros escolares de la Andalucía y Melilla.
Otra reflexión que conllevó que se implementara la segunda edición fue: «La demanda de mejora lectora es conjunta en toda la población, no únicamente entre la población más vulnerable.» Por este motivo, si bien el proyecto interviene en un 80% en centros de zonas vulnerables, también se abre al resto de colegios. «En Cádiz no tienen específicamente centros educativos en zonas vulnerables, pero sí tienen población susceptible de beneficiarse de este proyecto y en cualquier colegio puede haber familias vulnerables con dificultades lectoras. Aquí también intervenimos», detalla Morillo. «Y los detectamos gracias a los propios colegios, los Ayuntamientos, Servicios Sociales…», añade.
La demanda de mejora lectora es conjunta en toda la población, no únicamente entre la población más vulnerable.
Invertir en voluntariado
«Ser voluntario es un lujo, porque significa que tienes tiempo que dedicar a los otros», sentencia Morillo. No obstante, en zonas especialmente deprimidas, la capacidad para encontrar voluntariado es dificultosa. «La zona de El Ejido, por ejemplo», apunta. Aunque también es en zonas como estas donde surgen «las experiencias más bonitas». Y explica: «Un empresario hortofrutícola nos preguntó el coste de implementar «LEER+» en el colegio donde estudian los hijos de sus trabajadores porque se sentía con la obligación de cuidar de su bienestar». Y una vez se implementó, al cabo de un tiempo volvió y les dijo que un trabajador suyo le había comentado: «Gracias a que mi hijo hace el programa “LEER+”, él me explica lo que tengo que firmar, y me siento más seguro».
Sin embargo, ¿un programa de voluntariado realmente tiene un coste?, podría pensarse. «El voluntario no puede estar en un colegio sin haber recibido una formación previa, y allí tiene que haber un responsable coordinándolo todo. Este dinamizador tiene que estar pendiente de que cada pareja o grupo lector tenga un voluntario, que si alguien no viene porque está enfermo nadie se quede sin leer… ¡Y esto no se lo puedes pedir a un voluntario! ¡Demasiado hacen ya!», exclama Morillo.
De hecho, velar para que el voluntario se sienta «querido» es también una de las prioridades de la fundación, «y que les apetezca repetir».
Fomento lector en todo el país
Más allá de «LEER+», la actividad promotora de la lectura de la Fundación José Manuel Lara se extiende a múltiples territorios con otros proyectos. Por ejemplo, la impartición de un curso de capacitación a 175 profesores de Canarias que quieren realizar acompañamiento lector a sus alumnos durante sus horas complementarias. O talleres para que las familias tengan estrategias para que los niños lean más en casa. «La mochila de responsabilidad no solo tiene que estar en el colegio o en el niño», expone Morillo.
Los concursos para el fomento de la lectura «Mi libro preferido» y «Enseñamos a Leer», además de la convocatoria de múltiples premios literarios, completa la colorida paleta de actividades de una entidad que en su fachada pública tiene el lema: «Leer, comprender, transformar», grabado a fuego.