✏ Mònica Baró, Maite Comalat, Guillem Fargas, Maria Gajas y Sònia Garrido
Nuestros niños/as y jóvenes tienen 85 días de vacaciones de verano, uno de los periodos de pausa estival más largos de Europa. Este periodo tan prolongado supone un desafío para el desarrollo de las competencias lectoras, especialmente para aquellos niños y niñas que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad. Diferentes estudios apuntan a que, para este colectivo, el verano supone una pérdida de aprendizajes equivalente a 2 o 3 meses de escuela; una carencia que se acumula y se cronifica a lo largo de los años y que puede llegar a suponer, en los casos más graves, una pérdida de aprendizajes de 3 cursos académicos en materias como lengua y matemáticas cuando acaban la educación Primaria.
El trabajo que presentamos se ha elaborado con el objetivo de incentivar estrategias para minimizar los efectos negativos de las vacaciones de verano en este ámbito y ha sido llevado a cabo por un equipo formado por profesionales de la educación y bibliotecas y coordinado por la Facultad de Información y Documentación de la Universidad de Barcelona. Esta investigación, que analiza diferentes proyectos internacionales, aborda la cuestión desde diferentes dimensiones, teniendo en cuenta el alcance territorial, el nivel educativo, el trabajo en el ámbito de la equidad y la perspectiva comunitaria. A través de la elaboración de una pauta de análisis y la colaboración de diferentes instituciones, como la Biblioteca Rosa Sensat, Centres de Recursos Pedagògics del Departament d’Educació y CRAI Mundet de la Universidad de Barcelona, se han identificado experiencias relevantes en este ámbito.
Los resultados preliminares de la investigación han destacado la presencia de un conjunto diversificado de acciones implementadas en diferentes ámbitos geográficos y culturales. Entre las regiones estudiadas se incluyen Cataluña, países anglosajones como los Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Canadá, y países europeos como Bélgica, Países Bajos y Noruega.
En la selección final, se han destacado cinco iniciativas que nos han parecido interesantes de cara a establecer un programa de promoción lectora en verano en nuestra casa y que comparten unas características comunes:
- En la mayoría de los casos, los programas son promovidos por los servicios bibliotecarios o por agencias nacionales de lectura, aunque también hay algunos que están impulsados por asociaciones sin ánimo de lucro que trabajan en ámbitos relacionados con la promoción de la lectura, y en algún caso por empresas privadas (una editorial y un banco).
- Estos programas suelen disponer de un soporte vía web que facilita la interacción con los participantes por medio de entornos participativos (chats, concursos, juegos, etc.), pero que también pone a disposición de los adultos numerosa documentación relativa a los objetivos y procedimientos de las acciones, como selecciones de lecturas, guías y pautas, y recursos como lecturas en línea, talleres o charlas sobre libros.
- La mayoría de los programas ofrecen incentivos a la participación, en forma de premios físicos o virtuales.
- Las acciones se dirigen a una franja de edad amplia, que puede ir desde la primera infancia hasta los 13 años, aunque a menudo llegan a los 18.
A continuación, describimos los cinco programas especificando aquellas características que los hacen relevantes.
Club de lecture d’été TD - TD Summer Reading Club
Programa de lectura bilingüe, basado en unos carnés con retos y adhesivos que ofrecen las bibliotecas, y con un entorno web que permite interactuar con otros lectores.
Pivota alrededor de las bibliotecas públicas y ofrece acciones diferenciadas para los niños y niñas de 0-5 años y 6-12 años. Las familias se presentan, en los dos casos, como el mejor entorno para ayudar a los niños y niñas a aprender. Dispone de materiales accesibles, los cuadernos están disponibles en audio, braille y letra grande.
- Hay implicadas más de 2.200 bibliotecas públicas en todo el país.
- Llega a más de 8 millones de niños y niñas a través de sus familias.
- Según el 98% de los adultos, los niños y niñas han mejorado sus competencias lectoras durante el verano.
- Está dirigido por la Biblioteca Pública de Toronto en colaboración con la institución federal Library and Archives Canada.
- Está patrocinado por TD Bank.
- Ha generado un mapa con la ubicación de todas las bibliotecas que participan y una línea del tiempo con la historia del proyecto. Han publicado un informe del impacto del proyecto en 2022 (10 p.)
Actividad estatal: Canadá (1996). Más información en francés – Más información en inglés
Bestemming: bib
Programa basado en un pasaporte para viajar a partir de la lectura de libros, con cuatro destinaciones de viaje que, por tanto, implica que cada participante lea cuatro libros en verano por los cuales reciben sellos en la biblioteca.
Pivota alrededor de las bibliotecas públicas, pero es imprescindible la colaboración de los centros educativos en el reparto de los pasaportes. Ofrece acciones diferenciadas para niños y niñas de 3-7, 8-12 y 12-18 años. Dispone de un entorno web para compartir lecturas, donde también hay los materiales.
- La del 2023 será la 4ª edición.
- Hay implicadas 120 bibliotecas públicas de la zona.
- En la edición de 2022 participaron 2.327 niños/as y jóvenes.
- Lo impulsa la asociación Iedereen Leest, que promueve la lectura y crea redes locales de bibliotecas, organizaciones educativas, escuelas, librerías, etc.
Libraries and summer food
Un niño o niña que pasa hambre no lee. Esta es la premisa de la cual parte esta iniciativa promovida por las bibliotecas públicas y el departamento de agricultura de los Estados Unidos (USDA), que pretende garantizar una alimentación saludable a las familias de entornos desfavorecidos, en una época donde la escuela no puede cubrir esta necesidad.
Las bibliotecas se convierten en centros de distribución de comidas a diario para las familias que lo necesitan, acción que permite a la vez acercar la cultura del libro a este perfil de familias y fortalecer el vínculo con las bibliotecas de referencia.
- Las bibliotecas se suscriben voluntariamente, y tienen que cumplir unos requisitos para ser elegidos como centro Summer meals.
- Diferentes entidades (escuelas, campamentos, organizaciones religiosas…) actúan como patrocinadoras, encargándose de las responsabilidades financieras, administrativas y de servicio de alimentación de un área concreta.
- El programa está ampliamente presente en todo el territorio, con elevados niveles de participación por parte de las familias y evidencias de mejora en las tasas de alfabetización de los niños y niñas beneficiarios.
- Supone una acción claramente enfocada a conseguir la equidad socioeducativa y la reducción de la brecha cultural entre las familias de diferente nivel socioeconómico.
Actividad nacional: EUA (2012) – Más información
Sommerles.No
Sommerles.no es una campaña nacional y digital dirigida a niños y niñas de los 6 a los 13 años, gestionada por las bibliotecas públicas de Noruega. Empezó como parte de un proyecto de las bibliotecas de Vestfold. Concretamente, surgió con la voluntad de conseguir que los niños y niñas tuvieran la oportunidad de seguir leyendo y ampliando su gusto por la lectura durante los meses de verano.
También se basaron en las conclusiones de estudios PIRLS. En ellas se demuestra que esos niños y niñas que leen diariamente por placer consiguen mejores resultados en estas pruebas y tienen una mejor habilidad y competencia lectora. Empezó como una campaña tradicional en papel, pero se fue transformando en campaña digital de lectura de verano, haciendo uso de elementos relacionados con la gamificación.
- Se han hecho 11 ediciones.
- Llega a 1 de cada 5 niños y niñas del país, con menos eficacia entre los que no tienen el noruego como lengua familiar.
- Consigue que se empiecen a igualar los índices lectores entre chicos y chicas.
- Lo impulsan las bibliotecas públicas con el apoyo de la Biblioteca Nacional.
- La parte técnica la gestiona Snuti AS, una empresa de videojuegos. También colaboran la Biblioteca Central de Noruega, la Biblioteca del Parlamento Sámi y la Norwegian Sound and Braille Library.
- El año 2018 se evaluó el impacto del programa a través de un estudio.
Actividad estatal: Noruega, 2012 – Más información
Leggere: Forte!
Leggere: Forte! Ad alta voce fa crescere l’intelligenza es un programa que tiene origen en la Toscana que busca fomentar la lectura en voz alta en niños/as y jóvenes de la zona. Parte de las conclusiones derivadas de la investigación universitaria que demuestran que la lectura en voz alta en las escuelas contribuye al éxito educativo.
Se inició en los hogares de niños y niñas de la región y se fue ampliando a las escuelas de primaria y secundaria. A causa de la pandemia, se consideró interesante ampliar la propuesta a los casales de verano y a las familias, con el objetivo de recuperar los aprendizajes y las habilidades cognitivas perdidos durante esos meses aprovechando el verano. Desde la web se proporcionan los materiales, formaciones, guías teórico-prácticas y, también, itinerarios de lectura por edades. La actividad se plantea también como un mecanismo para transitar de la igualdad a la equidad, aportando más a quién más lo necesita.
- Se encuentra en la 4ª edición.
- En el curso 20-21 participaron unos 4.530 niños/as y jóvenes. Estaban implicados más de 450 adultos de unas 42 instituciones educativas diferentes.
- Está coordinado por un grupo de investigación de la Universidad de Perusa en colaboración con el Ufficio Scolastico Regionale della Toscana, INDIRE (Instituto Nacional de Documentación, Innovación e Investigación Educativa) y CEPELL (Centro de Libro y Lectura del Ministerio del Patrimonio Cultural dedicado a la promoción de la lectura).
Actividad regional: Toscana, 2019 – Más información
🔍︎ Conclusiones
Aunque en un inicio nos planteamos identificar experiencias con coincidencia de objetivos en un entorno cercano, hemos tenido que recurrir a programas y acciones internacionales para encontrar suficientes alineadas con nuestra propuesta y suficientemente consolidadas. En Cataluña hemos detectado acciones individuales, de centros o de municipios, que tienen como objetivo genérico la promoción de la lectura en verano, pero sin la intencionalidad de minimizar los efectos de la parada lectiva y sin la mirada de equidad que buscábamos.
Ciertamente, esta mirada tampoco la hemos encontrado en todos los programas internacionales analizados, ya que mayoritariamente están abiertos a todo el mundo, y no se contempla una barrera económica de acceso ni acciones específicas para centrar el focus en los que más lo necesitan. De esta forma, el problema de cómo llegar a quién más afecta la parada lectiva por sus condiciones socioeconómicas no queda resuelto, excepto en el caso de Libraries and summer food, que vincula el aprovisionamiento alimentario con la lectura. En este sentido, nos ha parecido muy interesante la idea de trabajar con el sector del ocio, tal y como lo hace el programa Leggere: Forte!, ya sea con los casales de verano o los campamentos. Esta podría ser una manera de focalizar las acciones con un objetivo de equidad.
Por otro lado, hemos observado que la escuela no se dibuja como un canal preferente para estos programas: no actúa como mediadora entre las campañas y los lectores de vehículo, no prescribe lecturas ni les incentiva en coordinación con otros agentes que puedan ofrecer el servicio durante las vacaciones escolares. Tampoco hemos encontrado ningún modelo que contemple una línea de trabajo mantenida de junio a septiembre, que esté coordinada con la escuela, para dar continuidad a las acciones y observar los beneficios.
Del análisis, se concluye que la mayoría de programas han tenido sus inicios en un entorno local -una biblioteca pública, normalmente- y, como que han sido exitosos, se han replicado a nivel municipal, regional o estatal. En este sentido, parece positivo que los programas partan de una realidad concreta, no de una idea teórica que después se aplica al territorio. No obstante, hemos echado en falta unos procesos de evaluación más definidos, ya que la mayoría se basan en indicadores cuantitativos y en la satisfacción de los usuarios, y no evalúan los beneficios que han aportado a los chicos y chicas, individualmente.
De esta forma, nuestra investigación ha evidenciado que no hay una propuesta única que permita conseguir el doble objetivo de evitar la pérdida de competencia lectora durante las largas vacaciones de verano, y de incidir especialmente entre los niños y niñas más vulnerables y que, muy probablemente, se deberían tener en cuenta las diferentes soluciones a las cuales se ha llegado en otros contextos para poner en marcha las acciones necesarias en nuestro país.